Publicado por cubanoypunto

Por Ania Terrero, publicado en Cubadebate
Más de 900 muchachas entre 14 y 17 años contrajeron matrimonio durante el 2019 en Cuba. La cifra, que podría parecer baja en comparación con el total de la población de esas edades en el país, marca una alerta importante por las consecuencias a largo plazo para cada una de las adolescentes involucradas.
El número es aún más llamativo si se tiene en cuenta que, según las leyes del patio, los matrimonios para mujeres menores de 18 años solo pueden suceder en casos excepcionales, con autorización de progenitores o, en su defecto, de otro tutor legal. Fuera de los registros estadísticos formales, estudios han confirmado la existencia de más uniones tempranas en estas edades, que no llegan a legalizarse mediante una firma ante notario. Pero existen.
En paralelo, al cierre de 2019, alrededor del 16 por ciento de los nacimientos en Cuba los aportaron madres menores de 20 años para una tasa de fecundidad adolescente de 52,3 nacimientos por cada mil jóvenes entre 15 y 19 años. Y la tendencia ha ido en aumento en la última década.
Los datos son reveladores. Visibilizan desafíos del archipiélago cubano que tienen en su base desigualdades de género. Las consecuencias para niñas y adolescentes incluyen riesgos para la salud y limitaciones a su desarrollo profesional, social y económico. Las muchachas afectadas suelen interrumpir sus estudios y frenar sus opciones de futuro.
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