Los caminos para avanzar hacia la paz están atravesados por distintos obstáculos y múltiples complejidades. Al mando del actual Gobierno están el uribismo y sus aliados, quienes con contadas excepciones han hegemonizado las clases dominantes y el país en las últimas dos décadas.
Ha sido un bloque contrario a los diálogos, a una paz negociada y refractario a cualquier cambio, así sea este meramente cosmético. En el Gobierno anterior fue el enemigo más enconado del Proceso con las FARC y de las conversaciones con el ELN y fue quien promovió y ganó el NO en el Plebiscito en el 2017.
El comportamiento frente a los acuerdos
¿Cómo se expresa y cómo está actuando este bloque y este Gobierno frente a los Acuerdos con las FARC? Un Proceso de Paz, producto de una negociación y unos compromisos, tiene como su regla de oro el cumplimiento de los Acuerdos, esa es la cuestión esencial. ¿Qué ha pasado con los mismos? En un primer momento le impusieron a las FARC su renegociación después de firmados, lo que fue aceptado por ellos bajo la consideración de salvar el Proceso.
Pero ahora, ya renegociados, lo que quedó de ellos no se está cumpliendo en muchos de sus aspectos sustantivos; en este Gobierno no se ha vuelto a mencionar el acuerdo sobre la cuestión agraria, ni sobre la reforma política, ni sobre las acciones contra el paramilitarismo, ni sobre la participación de la sociedad, ni sobre el acuerdo étnico, ni sobre la sustitución de cultivos, para sólo mencionar algunos temas.