Cómo podemos conseguir que Donald Trump siga hablando de inmigración?, le preguntó en 2016 Sam Number a Roger Stone, ambos asesores de la campaña republicana de ese año.
Vamos a hacer que converse de que va a construir un muro, decidieron.
El magnate hizo suyo el mensaje, y éste se convirtió en el cable que lo conectó con sus votantes. En auditorios de todo el país, Trump era recibido al grito de ¡Construye el muro!
. “Si la cosa se pone un poco aburrida, si la gente empieza a pensar en irse, sencillamente le digo al público: ‘¡Vamos a construir el muro!’, y se vuelven locos”, llegó a reconocer el entonces candidato en un encuentro con el consejo editorial de The New York Times hace exactamente cuatro años.
Instalado en la Casa Blanca, hizo del muro una causa nacional y un tema electoral recurrente. El martes paró en el término de San Luis, Arizona, para visitar el muro en la frontera con México y festejó la construcción de 200 millas (322 kilómetros) desde que entró en la Casa Blanca, una barrera de postes de acero tres veces más larga que el Muro de Berlín.