Por Ewen Callaway, publicado en Nature.
A medida que el mundo se aceleraba hacia una pandemia a principios de 2020, el biólogo evolutivo Jesse Bloom miró hacia el futuro del SARS-CoV-2. Como muchos especialistas en virus de la época, predijo que el nuevo patógeno no sería erradicado. Más bien, se volvería endémico: el quinto coronavirus en establecerse permanentemente en humanos, junto con cuatro coronavirus ‘estacionales’ que causan resfriados relativamente leves y han estado circulando en humanos durante décadas o más.
Bloom, quien tiene su sede en el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle, Washington, vio que estos coronavirus estacionales podrían proporcionar una hoja de ruta sobre cómo podría evolucionar el SARS-CoV-2 y para el futuro de la pandemia. Pero se sabe poco sobre cómo estos otros virus continúan prosperando. Uno de los ejemplos mejor estudiados, un coronavirus estacional llamado 229E, infecta a las personas repetidamente a lo largo de sus vidas. Pero no está claro si estas reinfecciones son el resultado de una disminución de las respuestas inmunitarias en sus huéspedes humanos o si los cambios en el virus lo ayudan a esquivar la inmunidad. Para averiguarlo, Bloom obtuvo muestras de sangre de hace décadas de personas probablemente expuestas al 229E y las examinó para detectar anticuerpos contra diferentes versiones del virus que se remontan a la década de 1980.