Sin mucho aspaviento, y casi sin ruido, el país ha iniciado el tránsito hacia la conformación de un Estado más pequeño y moderno, listo para responder con agilidad a las demandas de los ciudadanos.

El más reciente período de sesiones de la Asamblea Nacional, permitió captar la estrecha relación entre el legislativo y el ejecutivo. Ambas ramas de gobierno están actuando como un todo, no solo porque se hayan aprobado las tres primeras leyes que complementan a la nueva Constitución, sino porque están tocando los problemas con las manos y escuchando la voz del pueblo, al mejor estilo de Fidel Y Raúl.

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