Con Trump los mercenarios cubanos regresaron a la época de las “vacas gordas”
Por Brenda Murillo.
Acabo de encontrar un nuevo artículo de Tracey Eaton referente a los gastos de la USAID en promover la supuesta “disidencia cubana” y es llamativo constatar que, si bien hasta en el año 2014 esta agencia destinó para tal espurio objetivo más de 10 millones de dólares, a partir de ahí, y en medio de un posible mejoramiento de las relaciones bilaterales, los gastos comenzaron a disminuir, tocando fondo en el 2016, con $1 197 303. Es decir, llegaron a un año de “vacas flacas”, de ahí el odio de esos disidentes hacia Obama.
A partir de ahí, con la llegada del fascista de Donald Trump al poder, y la alianza que hizo con este el cobarde de Marco Rubio, comenzó nuevamente un período de “vacas gordas”, aunque sin llegar a la cifra dilapidada en el 2014, más de 10 millones de dólares.
Imaginen que en los 4 años de Trump en el poder, la USAID destinó a Cuba (perdón, a Miami) un total de $19 788 183 (¿leyeron bien?), dinero que permitió el incremento de la hostilidad contra la isla, pero sin lograr resultados concretos. Los que sí se beneficiaron son esos empresarios que en Miami han convertido la contrarrevolución anticubana en un lucrativo negocio. Y si no, pregúntenle al magnate Gutiérrez Boronat, uno de los más beneficiados con ese dinero.
Ojo, este es solo el dinero que gastó la USAID, no se incluyen las partidas que destina el Departamento de Estado, la NED o el que reciben las mal llamadas Radio y TV Martí.
Tracey también refleja un dato interesante, en el trimestre de septiembre a diciembre del 2020, la USAID gastó más de dos millones de dólares, coincidentemente en el período en que se incrementaron los ataques, campañas y acciones de una pequeña facción fascista anticubana basificada en el sur de la Florida. No hay casualidad entonces. ¿Habrán usado parte de estos fondos para financiar acciones pro Trump en Miami? ¿Para promover la participación de personas en los fatídicos sucesos del 6/1 en Washington DC? Creo que el FBI debía investigar.
Es también muy sospechoso que la USAID refiere quiénes son los receptores principales de esos fondos, todos o la inmensa mayoría en EE.UU., pero no refleja quiénes serían los destinatarios finales de los mismos, para “no poner en peligro la salud o seguridad de los implementadores o beneficiarios del programa”. ¿Cuánta hipocresía, verdad?
De manera general, se evidencia que con Trump la “disidencia cubana” volvió a los años de vacas gordas, con decenas de millones a su disposición para costearse casas y autos lujosos, viajar por el mundo y enviar, eso sí, unas migajas para que sus lacayos en Cuba desarrollen el trabajo sucio, denunciado constantemente por el gobierno cubano.
Ahora temen que Biden vuelva a reducir los fondos, que en mi opinión deberían ser eliminados si realmente se quiere avanzar en un verdadero mejoramiento de las relaciones bilaterales cubano – estadounidenses. Están desesperados, pero también confiados, porque saben que, a pesar de todo, el gobierno de EE.UU. siempre los seguirá manteniendo. ¿Volverán las vacas flacas?
Publicado el 15 febrero, 2021 en Cuba, Cuba - EE.UU., Subversión, Uncategorized y etiquetado en #Contrarrevolución, #Cuba, #EEUU, #USAID. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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