Archivos diarios: 11 julio, 2020
Crímenes de guerra de EE.UU.: Hiroshima y Nagasaki.

Los innumerables casos de crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en sus casi 250 años de historia no le han supuesto ninguna responsabilidad penal a este país que alardea siempre de abanderar la defensa de los derechos humanos en el mundo.
A partir de hoy difundiremos algunos e esos crímenes de guerra, que hasta el día de hoy, no han llevado a EE.UU. al banquillo de los acusados.
El bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki
El bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki se considera uno de los mayores crímenes históricos de EE.UU. que causó la muerte inmediata de 220 000 personas. Cientos de miles más se enfermaron en los años siguientes enfrentando durísimas secuelas debido a los efectos del envenenamiento por radiación. Desde entonces, han fallecido más personas por distintos casos de cánceres provocados por la exposición a la radiación liberada por las bombas. Lee el resto de esta entrada
Cuba no descuida su batalla a la COVID-19 luego de cuatro meses.
Por Yaima Puig Meneses, tomado de Presidencia de la República de Cuba.
Cuatro meses después de diagnosticarse en el país los primeros pacientes positivos a la COVID-19, el Gobierno cubano sigue empeñado en continuar salvando vidas y en cortar fuentes de transmisión de esta enfermedad, que en el mundo ha ocasionado la muerte a más de 500 mil personas, 87 de ellas en la Mayor de las Antillas.
No es este el momento para permitirse ningún descuido, se coincidió en señalar este sábado durante la sesión del grupo temporal de trabajo para la prevención y control del nuevo coronavirus, encabezada por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, donde se ratificó, además, la pertinencia de mantener el estricto cumplimiento de cada una de las medidas diseñadas, sin importar en qué fase de la etapa de recuperación puedan encontrarse uno u otro territorio. Lee el resto de esta entrada
Bolsonaro: “soy Mesías, pero no hago milagros”
Por Pablo Jofré Leal, tomado de Rebelión.
Cuando la soberbia se impone, cuando la megalomanía y la altivez es el eje discursivo y de acción de una autoridad política, los resultados suelen ser desastrosos no sólo para el responsable de esa conducta, sino que para el conjunto de la sociedad.
Así ha sido en Brasil, donde el presidente de este país sudamericano, Jair Mesías Bolsonaro, ha contraído el covid-19 después de meses de minimizar su riesgo, la peligrosidad y los efectos que podría tener en su persona y en la población brasileña. Un mandatario que solía burlarse de la pandemia, describiéndola como una gripezinha (un pequeño resfriado) alentando para que las perdonas procedieran a seguir una vida normal y él, personalmente, haciendo caso omiso de las recomendaciones de distanciamiento social, uso de mascarillas y cuarentena, sobre todo cuando de visita en Estados Unidos varios miembros de su comitiva contrajeron la enfermedad. ¿Los resultados? ¡Catastróficos!
América Latina, democracias en el desfiladero.
Por Sergio Pascual, tomado de NODAL.
América Latina es según la CEPAL la región más desigual del mundo. Tres de cada diez latinoamericanos son pobres y en los últimos años la pobreza extrema no ha dejado de crecer. En este contexto, a finales de 2019, la región convulsionaba políticamente. Solo en el último trimestre del año levantamientos populares hicieron zozobrar los gobiernos de Chile, Ecuador y Colombia, Argentina vivió un vuelco electoral y en Bolivia se interrumpió el orden constitucional.
Y aún estaba por llegar el coronavirus y su brutal shock económico. ¿Qué podría esperar la región de los próximos años? Su historia reciente nos recuerda que en cada ocasión los vaivenes sociopolíticos han venido precedidos de fuertes tensiones económicas. Una vez tras otra sus escasamente resilientes instituciones zozobraron ante shocks económicos que las transformaron integralmente en sucesivos ciclos de golpes de estado y reformas constitucionales. Lee el resto de esta entrada
En defensa del auténtico periodismo.
Por Atilio Borón, tomado de Rebelión.
En la Argentina actual muchos periodistas de los grandes medios hegemónicos sienten que no sólo tienen el derecho de opinar, lo que es incuestionable, sino también de mentir u ocultar toda información que pueda exponer a la luz pública los negociados (e inclusive los delitos) de sus patrones.
Creen que la libertad de prensa, en su caso un escandaloso libertinaje, los faculta para desinformar deliberada e irresponsablemente a la población; lanzar campañas de terrorismo mediático contra quienes no comulgan con sus ideas e intereses; silenciar o difamar a sus contradictores; burlarse y escarnecer a los más altos funcionarios del gobierno nacional, comenzando por el propio presidente de la República y su investidura; a descargar un torrente interminable de «fake news» y a presentar las opiniones que les ordenan difundir los empresarios que contratan sus servicios como si fueran obra genuina de periodistas “independientes, objetivos y ecuánimes.”