
En el verano de 1868 ya estaban dadas las condiciones en Cuba para el estallido de la Revolución. En San Miguel de Rompe, actual provincia de Las Tunas, el 4 de agosto se reunieron los padres fundadores. Los tuneros y el grupo de Manzanillo encabezado por Carlos Manuel de Céspedes, eran partidarios del levantamiento inmediato. Pero se impuso el criterio de aplazar la insurrección.